Durante décadas, los ecologistas nos han dicho que el uso de combustibles fósiles es una adicción autodestructiva que destruirá nuestro planeta. Sin embargo, al mismo tiempo, según todos los indicadores de bienestar humano, desde la esperanza de vida hasta el agua potable y la seguridad climática, la vida ha ido mejorando cada vez más.

¿Cómo es posible?

La explicación, argumenta el experto en energía Alex Epstein en The Moral Case for Fossil Fuels, es que normalmente sólo oímos una parte de la historia. Se nos enseña a pensar sólo en los aspectos negativos de los combustibles fósiles, sus riesgos y efectos secundarios, pero no en sus aspectos positivos: su capacidad única para proporcionar energía barata y fiable a un mundo de siete mil millones de personas. Según Epstein, la importancia moral de una energía barata y fiable está muy infravalorada. La energía es nuestra capacidad para mejorar todos los aspectos de la vida, ya sean económicos o medioambientales.